Resolveremos las dudas más frecuentes sobre los expertos del derecho.
Una vez que acudimos a un abogado para que nos brinde orientación legal, comúnmente nos preguntamos si va a ser o no el apropiado, o si nos conviene o no confiarle nuestro caso. Ya sea para un abogado laboral o un abogado penalista, en este artículo te proveemos varias pistas elementales para lograr descubrir al abogado que mejor responda a tus necesidades:
No te fijes en la edad
Frecuentemente vemos a un joven detrás de la mesa del despacho y automáticamente desconfiamos de su experiencia y valía profesional.
Estamos acostumbrados a encontrarnos con Letrados mayores ya que relacionamos la edad con la experiencia aun cuando esto no es precisamente de esta forma, ya que la edad para comenzar a ejercer no posee un límite, en tanto que un abogado de treinta años puede tener 7 años de experiencia y uno de cuarenta años puede no tener ninguna.
Por consiguiente, lo más relevante es que te fijes en la actitud del profesional, si transmite seguridad y expresa con claridad sus ideas. Estos son signos bastante fiables de su profesionalidad.
El aspecto no lo es todo
A veces nos dejamos deslumbrar por un despacho lujoso y bien montado o por un profesional realmente bien vestido, con traje y corbata, y pensamos que debe ser buen abogado. Sin embargo ojo, este es otro de los mitos más presentes en la profesión: aun cuando en realidad la mayor parte de los abogados acostumbran vestir bien (la imagen sí que es importante), no continuamente significa calidad profesional.
Como en la situación anterior es mejor evaluar la actitud y el carácter.
El orden y la ley
Una oficina ordenada es un claro indicio de que hablamos de un profesional, puesto que una de las cualidades más relevantes del mismo es la organización. Al trabajar en múltiples casos, todos ellos sometidos a plazos, la organización externa del abogado constituye un indicativo de que tiene todo bajo control.
Responde inmediatamente a las consultas
Bueno, esto tampoco es un elemento determinante. Frecuentemente son los juzgados los que se retrasan y, en dichos casos, la demora en contestar huye a su voluntad.
Nunca confíes en quienes te prometen resultados inmediatos
Una vez que acudimos a una consulta jurídica con un óptimo profesional, éste no frecuenta garantizar cuál será el resultado del pleito. Aun cuando sí es cierto que hay casos bastante claros, la mayor parte de las veces las cosas no son blancas o negras.
Tené presente que el juez jamás es testigo de los hechos por lo cual se guiará por las pruebas que se presenten y puede pasar que, aun cuando tengamos el motivo, perdamos el juicio por no tener pruebas suficientes.
Desconfiá de los que no te digan cuánto costará el trámite y cuáles van a ser sus honorarios
Si bien es cierto que en un campo como el Derecho algunas veces tienen la posibilidad de surgir imprevistos que encarecen el método, por regla establecida los abogados acostumbran tener unos libros de honorarios en los cuales se establecen los precios aproximados de cada procedimiento legal, y por consiguiente, aun cuando no logre establecerse un costo cerrado a partir del inicio, sí que podrían darte un presupuesto aproximado de los servicios que te van a prestar.
